
Primero, en el modo SaaS, no es necesario financiar una infraestructura pesada, basta con una simple suscripción y una integración ligera.
Segunda, los resultados concretos generalmente permiten justificar rápidamente la inversión.
Saint-Gobain calculó el retorno de la inversión en menos de 18 meses tras observar una caída del 27,6% en los desabastecimientos y una reducción del 11% en el inventario gracias a Flowlity. Del mismo modo, La Redoute redujo su inventario de empaques en casi un 50% de media tras la implementación, lo que supone un ahorro significativo.
Nuestros equipos pueden gestionar gran parte de la integración (extracción de datos del ERP, configuración, etc.), lo que libera a sus técnicos. Por ejemplo, podemos empezar con una prueba de concepto utilizando sus datos actuales: durante un proyecto, un cliente probó nuestra herramienta basándose en el historial de sus proveedores durante 6 meses y quedó convencido de la fiabilidad de las previsiones y de la reducción del inventario lograda en unas pocas semanas.
En resumen, incluso con un presupuesto ajustado y equipos ocupados, puedes iniciar el proyecto a pequeña escala y ampliarlo gradualmente. El rápido aumento del rendimiento (mejora del servicio de atención al cliente, reducción de tiempo para los proveedores, etc.) hará que la inversión sea rentable y apreciable desde los primeros meses.